Al cumplirse el primer aniversario de la inauguración, se habilitó una nueva sala donde se exiben pertenencias e instrumental del Dr. Andrés Biaggi" además de partituras musicales de su autoría. La sala lleva su nombre, recordando de este modo al primer médico que ejerció su profesión en Sierras Bayas.
Se lo llamaba "El médico de los pobres", por su espíritu caritativo y solidario. En aquel acto estuvieron presente su hija María Carlota Biaggi de Cabrera y su nieto el arquitecto Emanuel Cabrera.. Preside la sala un gran cuadro del doctor donado por sus familiares.
En octubre de 1998, quedaron habilitadas dos nuevas salas. Con la presencia de familiares del homenajeado, se inauguró la sala "Federico Dieterle", propietario de la fábrica de explosivos, fundada en 1923, por este laborioso alemán. Dos de sus nietos, Susana y Federico, tuvieron a su cargo el corte de cintas. También se habilitó la sala de minería "Alfonso Aust", donde se pueden apreciar minerales de la localidad y la zona. También, se expone mármol ónix en sus distintas variedades, traídos en 1992 desde La Toma, localidad netamente minera de la provincia de San Luis, donados para esta sala por la familia Zito - Baldini. Más de 6000 personas visitaron el museo. Hubo visitantes de: Capital Federal, San Juan, Entre Ríos, Santa Fe, Río Negro, La Pampa, San Luis, Catamarca, Tandil, Saladillo, distritos y localidades vecinas y además de Los Angeles, Suiza, California, Italia, España, Canadá, Cuba, México y Venezuela.
Imagen de la Virgen
Desde el 8 de diciembre de 1995, se encuentra en este museo, una antigua imagen de la Virgen, que fuera cedida en custodia por la familia Guidoni - Vena y que perteneciera a la bisabuela de la señora Mabel Vena, residente en una zona cercana a Bolívar.
Parte del informe especialmente elaborado por el Padre Juan Carlos Navilliat
"Es una imagen de real valor histórico, cultural, artístico y sobre todo religioso, que responde a la advocación de la Inmaculada Concepción. Sus características principales son que no tiene al niño Jesús en sus brazos, los colores de su vestido son celeste y blanco, tonos inspirados de Manuel Belgrano -ferviente devoto de la Virgen- en la creación de la Bandera Nacional. "Es indudablemente una imagen del siglo pasado"... "Me atrevería a darle más antigüedad de lo que opina la dueña, datándola de antes de 1830, cuando prosperaban los 'santos para vestir', de donde nace el refrán 'Quedó para vestir santos', con una belleza que radicaba en su cabeza, rostro y manos, habitualmente desmontables", agregó. El cuerpo de la Virgen a entronizar consiste en un pie de madera. Tiene vestimentas particularmente bellas y elaboradas con gran esmero por los encargados de completar la figura. Resulta muy común en Perú y México encontrar este tipo de imágenes con vestimentas extraordinariamente ricas y verdaderos ajuares que la acompañan"... "El valor histórico y religioso de esta imagen se amplía por la cantidad de exvotos: ofrendas consistentes en pequeños objetos de plata, alpaca u otro metal, que expresan los favores pedidos y concedidos por la Virgen a los promesantes. En este caso encontramos 24 exvotos, a partir de los cuales podemos reconstruir imaginándola, la historia del favor recibido: cinco ojos, una oreja, cinco tórax (tres de mujer y dos de hombre), dos piernas, una muela, todos atestiguando curaciones de estas partes del cuerpo; tres figuras de niños de corta edad - mas bien bebés, porque aparecen desnudos- , y dos niñas entre 3 y 6 años, además de dos ancianas, las que se identifican, una por su peinado y otra por su vestido largo y su rosario en la mano. Finalmente un corazón que manifiesta una historia relacionada con lo afectivo. La donante aportó que también se le solicitaba suerte en las carreras de caballos. Esto es confirmado por el más curioso de los exvotos, que es precisamente un caballo. El último de los exvotos es de la Virgen de Luján, imagen que coincide con la nuestra: la Inmaculada Concepción. A partir de lo relatado, cada uno puede imaginar su propia historia. Especial interés nos presenta la corona terminada en una cruz, cuya elaboración artesanal, rústica en algún sentido, no le quita belleza. La corona antigua manifestaba el amor de los devotos a la madre de Dios, consagrándola como Reina y Señora. Si nos detenemos en observar sus ojos, son de belleza indescriptible, lo mismo que la delicadeza de su rostro y de sus manos. Acompañan a la imagen también otros objetos, indidablemente posteriores en época a los exvotos antes mencionados y cuya característica es que son medallas religiosas: todas del Sagrado Corazón en una cara y de la virgen en el otro (salvo una que tiene a San José en distintas advocaciones): María Auxiliadora, tan importante para los Salecianos, que los acompañó en la evangelización de La Pampa y la Patagonia. En otras, la Virgen del Carmen, cuya misión es rescatar las almas del purgatorio y es la patrona de las Carmelitas. En estas imágenes, a diferencia de la Inmaculada, la Vigen lleva al niño en sus brazos. Especial interés tiene una de las medallas- es de 1922- en la cual se lee: "Sagrado Corazón de Jesús, salvad al pueblo de General Lamadrid"; en su reverso lleva la inscripción conmemorativa "Inauguración del Nuevo Templo de General Lamadrid". Todas esta medallas enhebradas con un oxidado alfiler de gancho, objeto que atestigua que las medallas son mas recientes. Por último aparece, hecha en hueso, una medalla del Sagrado Corazón. El par de aros antiguos que luce la virgen, rompe en parte la armonía de su confección"
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Fuente consultada: Sierras Bayas, más de un siglo. 1999 |