En una tarde tan cálida, que contrastaba
enormemente con la frialdad de un cementerio, estuvimos
recorriendo tumbas por nuestro cementerio. Hacía
tiempo que no iba personalmente allí.
Era febrero y habia flores silvestres rosas por
todos los rincones, desafiando con su fragilidad
y vida efímera, a las placas añejas
que llevan décadas ya en ese lugar recordando
a nuestros seres queridos.
El predio es muy amplio y tranquilo, y salvo fechas
especiales no suele concentrarse mucha gente junta.
Allí en general , los ruidos de la naturaleza
tienen mucha mas fuerza que los de las voces humanas
, por lo que entre la companía de los pájaros
del lugar recorrimos las tumbas y nichos ... nos
detuvimos en la de Matilde y en la de Don Pedro...
Nuestro recuerdo, hoy 19 de abril, para ellos, y
para todos los que habitaron mucho tiempo atrás
en la zona antes que la "civilizacion"
llegara a estas tierras.
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