Canabal:

"De facciones duras. Piel oscura. Cuando jugaba ponía toda su pasión en la defensa de los colores aurinegros.
Traía herencia pampa. Pero su aspecto confundía, llamaba a engaño. Era fuerte para jugar, pero no mal intencionado.
Mientras transitó sobre la gramilla verde de los tendidos de olavarría y una amplia zona, demostró ser un jugador de recursos y, por sobre todas las cosas, correcto. Nunca le vimos emplear la fuerza para anular la picardía del rival.
Vino de Laprida, pero de inmediato se amoldó al juego sanmartiniano. Por largas temporadas fue titular del primer equipo y también llegó a la selección olavarriense.
Tenía potencia para los remates y era peligroso en la ejecución de los tiros libres.
Tuvo por compañeros a zagueros distintos y de variadas características, pero con todos se entendió.
Su momento mas amargo fue, quizás, cuando se lesionó en el brazo, en el Parque Carlos Guerrero, ante Pettirosi de LA Plata. Pero con el dolor a cuestas gozó de la victoria aurinegra en aquella tarde inolvidable. Es que tenía la dureza del roble, pero ademas poseía sentimientos e hidalguía"

Marfurt:

Sus desplazamientos no eran rápidos. Mas que velocidad, tenía el sentido de la demarcación.
Así era Ernesto Marfurt. Delantero sumamente oportuno. De visión que sabía explotar las fallas de las defensas adversarias.
Los tablones lo bautizaron como "Cherrito". Lo hacia émulo del entreala boquense. Solamente le faltaba su gordura.
Vino de Laprida. Allí jugaba para Lilán - River Plata. Era la figura. El ídolo.
Llegó junto a Abel Canabal a San Martín. No sintió el cambio. Siguió mostrando aquella cristalina capacidad que entusiasmara a los dirigentes serranos, a quienes no defraudó. Siguió siendo cracks y fue idolo para los aurinegros.
Supo de temporadas de gloria. Su peco se galardono con los títulos de campeón. Integró los seleccionados de Olavarría.
Jugó indistintamente de entreala o centro delantero. Se amoldó a todos los juegos y se entendió con quienes tuvo a su lado.
Trece años defendió con prestancia, con esa, su sabiduría futbolera, la casaca aurinegra.
Fue subcampeón de la provincia y por sobre todas las cosas, fue jugador disciplinado y correcto".

Minici:

"Parece haber surgido de aquel tango de Discepolin que decía:..."la ñata contra el vidrio"...
Mas que un futbolista, su imagen era la de un boxeador, por la de su nariz ñata.
Pero entrando a la cancha, sobre la gramilla verde, era dueño de un sentido, de una capacidad, de un dominio del balón, que lo destacaban como un players completo.
Fue uno de esos futbolistas que rindieron para el equipo, pero no para los tablones.
Era un delantero cerebral. jugaba al centímetro. El "chueco" se las sabía todas. Con él todos se entendieron. Los sabía explotar a todos. A Regert en sus corridas; al rubio Skrasek en los pases profundos, a "Corcho" Di Bono cuando se escapaba en busca de la de cuero, para luego dejar el tendal en el camino. Pero también sabía aprovechar la ocasión para marcar el tanto.
Fue un jugador muy hábil y con sabiduría para manejar la redonda. Como hecho saliente estuvo en los 11 años del "Pozo" inexpugnable".

Regert:

"Era el "Gnomo" del quinteto aurinegro. Reemplazó a Luis Navarro. No sintió el trasplante de Azul a Olavarría. Formó ala con Santos Scrimizzi y jugaron, como si siempre lo hubieran hecho antes.
Así como era de cortito en la estatura, era de rápido en sus clásicas corridas junto a la línea de cal.
Con la boina sobre la testa que cubría una incipiente pérdida de cabello, con las medias caídas, como mostrando que había salido de los potreros, era vivo en sus incursiones; rápido en el avance que casi siempre, finalizaba las arremetidas cerrándose, para rematar con fuerza, ora hacia el arco con tiros que muchas veces descansaba en las mallas; o bien era alcanzado por alguno de sus compañeros que trataba de cambiar la dirección del centro - shot, al arco; como así también sus remates. En oras fue "peleando" con la redonda, los altos eucaliptos que había - algunos quedan- sobre el arco norte del singular "Pozo".
Junto a Adolfo Minicci compuso un ala que transitó muchas temporadas, mostrando entendimiento y ductilidad. Y completando, digamos que por espacio de 20 años jugó para los aurinegros".

Skasek:

"Sereno, pero decidido para la penetración oportuna y veloz. Con gran visión para sacar provecho de cada ocasión propicia. Peligroso en el remate de todas las posiciones y distancia.
Así podría resumirse como era este alto y fornido rubio, centro delantero que marcó una época brillante para nuestro balompié.
Vino desde abajo. desde las inferiores del club aurinegro. En 1945 llega definitivamente y de inmediato se encumbra en la primera división. En ese mismo año debuta en al selección. Sus goles, espectaculares, ora con sus piernas, ora de cabeza, van sumando y temporada tras temporada no sorprende que sea el goleador máximo desde 1945 a 1951.
Fue el arquetipo de goleador pero con técnica, con talento. No eran los suyos de esos goles que se convierten de casualidad. No. Cada tanto suyo llevaba el sello personal de este señor de la conquista.
Nunca deshonróa la casaca oro y negro. Si una vez defendió otra divisa, confirmó aquello ya que decidió no jugar contra sus ex compañeros, ni contra los colores que tanto respetaba".

Oscar Torres:

"Para Mister Burke era el "Guaso", para todos, el "Guarango". Así se le conoció a Oscar Celeste Torres en los entreveros futbolísticos.
Era un jugador que no sabía de pausas ni descanso durante la contienda deportiva.
Desde el minuto inicial y hasta los 90, corría.....corría, sin descanso. Ora ayudando a sus compañeros de defensa; ora empujando a los delanteros.
No parecía tener dos pulmones, sino muchos mas.
Surgió del semillero de racing que por aquel entonces formaba el siempre recordado Colombita. Llegó a San Martín y de inmediato jugó en la primera. Pronto mostró su temperamento de incansable luchador.
Con su enrrulada cabellera revuelta, las medias caídas -así eran los que surgían del os potreros-, mostró la garra y calidad de un futbolista que fue titular obligado de la selección de Olavarría y que durante 20 años fue baluarte de San Martín. recogiendo su pecho muchas condecoraciones de campeón.
¿El por que de "Guaso" o "Guarango"?
Por su figura, reñida con lo atildado. Pero dentro de este temperamento, eso que podría ser desaliño -cabellera revuelta y medias caídas-, surgía el jugador que con derroche de energías y capacidad mostraba solvencia y recursos en sus intenciones".

 

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Las 11 estrellas. Archivo Zip. (1,1 mb)