Qué palabras habrá que emplear,
cuando uno habla de los padres,
si ellos son la cuota amable
que fija la realidad,
luchan por el bienestar,
pensando siempre en los hijos,
sus trabajos son prolijos
que son dignos de imitar.
Ellos supieron formar
un hogar bien constituido,
teniendo un solo destino
que fue criar a sus ocho hijos,
con amor y sacrificio,
lo de ellos fue tan prolijo,
y sin mostrarnos fisura,
mostrando siempre ternura;
hasta que llegó el final.
Hoy mis viejos ya no están,
quedó una casa vacía,
el cuarto que compartían,
el living, el comedor.
Ya no se escucha la voz
de mi vieja, o de mi viejo,
porque se fueron muy lejos,
allá donde está el Señor.
Cuánta lucha, cuánto amor,
dejaron sobre ésta tierra,
pero la muerte, que aterra,
un día me los llevó,
sólo le pido al Señor,
paz, en su eterno descanso,
y que ponga entre sus brazos
amor y resignación.
Carlos Tohane
Sierras Bayas
02/03/2010
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