Su historia
Carlos Alberto Poggi es un mecánico profesional que además de realizar las actividades propias de esa profesión, se dedica a construir artesanías y maquetas en madera, en especial modelos de barcos antiguos.
Asegura que no hay una razón por la cual construya barcos, cree que quizás sus ancestros se lo dejaron como herencia implícita en los genes, pero confiesa que nunca navegó en el sentido de estar estrictamente en contacto con un barco. Sólo sabe que le gustan y que además, a la gente les agradan.
Si nos remontamos a sus comienzos, él mismo asegura que pude citarse el año 1957 como principio de esta última actividad. Fue en la escuela primaria a la cual concurría (Escuela Nro. 14 “Remedios de Escalada de San Martín”, de Sierras Bayas) donde en quinto grado, todos los días viernes, tenía una materia denominada “Actividades prácticas y manuales” dictada por la Sra. Beatriz Ramos de Volonté. Allí fue aprendiendo estas “manías” por las manualidades. En 1959 fue al ex colegio Industrial y allí se encontró con un maestro carpintero, Nicolás Digiácomo, que completó su querencia por la madera.
Estas dos personas quedaron grabadas en su memoria y constantemente hace alusión a las mimas, agradeciéndoles por haberlo adentrado en esa habilidad.Recuerda que comenzó con cosas sencillas, modelos pequeños: la típica balsa, con un palito y una vela y algún submarino tallado en madera completa.
“Recuerdo que cuando hice ese submarino, aún no conocía nada de leyes físicas, de peso y superficies, por ello la gracia era que el submarino se hundía al mojarse y luego, cuando se secaba, éste flotaba, por ello mis compañeros y yo creíamos que andaba muy bien, respetando su inmersión y salida a flote”.
Luego de esos modelos pequeños comenzó con los trabajos de mayores dimensiones, ya que afirma que uno es el que cada vez quiere realizar un modelo más grande y mejor. Es la gente misma la que lo induce con fotos, explicaciones o libros que le otorgan y sumándole a ello el anhelo de querer hacer algo cada vez mayor hizo que llegue a realizar los modelos que actualmente expone: ejemplares de un metro por un metro y aproximadamente más de tres mil piezas
Si bien Carlos habla de cuarenta años de actividad, confiesa que realmente hay épocas en las que uno no hace nada por diferentes motivos: casamiento, hijos, actividades deportivas y trabajo. En realidad trabaja en forma esporádica y con voluntad. El anteúltimo barco que construyó le llevó más de dos años, en cambio el Galeón “Victoria”, por ahora su última obra, tan sólo siete meses. Esta diferencia cronológica tiene un significado y él lo fundamenta diciendo:
Aunque se les adjudique total importancia a estos últimos modelos, hubo otro: “La gaviota de Plata” que le dio una de sus más grandes satisfacciones.
“La última obra fue hecha casi a pedido ya que una persona me sugirió hacer “algo” para un evento anual y quedé comprometido. Por ello debí construirlo más rápido”.
“Una persona de mi pueblo, en una de las recientes exposiciones, me preguntó sin un barco que había sido expuesto para la inauguración de una agencia de lubricantes hacía ya veinticinco años, lo había hecho yo. Por los datos aseguré que así era y me enorgulleció ser reconocido después de tanto tiempo. Incluso aún lo conservo, por lo que invite a esa persona a verlo en mi casa”.
Herramientas y desarrollo paso a paso:
Carlos recuerda que fue la Sra. Beatriz Ramos de Volonté, quien le hizo comprar su primera herramienta.
“Recuerdo que junté monedita por monedita para comprar la primera sierra de calado común. Fue en julio del ´57 y recuerdo que entré a clase con la sierra en mano, orgulloso y le prometí a la Sra. Que la conservaría... y ahí está en mi tablero de trabajo”.
Hoy en día, Carlos afirma que existen sierras similares a aquella del ´57 pero con mango de plástico, arco diferente y hechas ergonomicamente, por la ingeniería actual. Confiesa que no posee gran equipamiento porque considera a esta actividad como un hobby, pero posee caladores, sierras, martillitos y otros que le permiten la actividad Son herramientas acordes a la obra, por ello el diminutivo, ya que hay veces que se debe colocar una pieza en el lugar menos imaginado, para ello por ejemplo, usa la pinza larga, o aguja..En cuanto a la madera que utiliza, Carlos considera anecdótica su procedencia.
"La madera la consigo principalmente gracias a los fruteros, que son mis máximos proveedores. La madera de los cajones de fruta ha estado mucho tiempo a la intemperie y por ello es difícil que sufra ya mas deformaciones. También recojo restos de maderas en machimbreras y carpinterías y restos de marcos en vidrierías."
Para comenzar a hacer un barco Carlos afirma que uno, primeramente, debe asesorarse leyendo libros, por ejemplo. Luego, particularmente, Carlos realiza primero en cartón el cascajo, que es el armazón del barco, sólo eso. Asegura que esta construcción es similar a la de un barco de verdad.
Habiendo realizado el cascajo, si le gusta y lo ve proporcionado, continúa. Hecha la maqueta comienza con la madera realizando primeramente, la parte interna que incluye mamparas, cuadernas y traversas. Éstas se van trabando unas con otras hasta que se forma el casco. Después, el casco se forra pero no hay que olvidar alternar cada paso con su tiempo de secado para que el barco no se deforme.
Asegura que también algo que hace al principio es la base donde va a ir apoyado el barco. Así, el casco ya está con su pie y luego se irá construyendo la arboladura que son los palos. Sobre este último dato, Carlos asegura que no hay que confundir palos con mástiles, como erróneamente se los llama. Los mástiles son los de proa y popa, que van hacia delante y los palos son los que se encuentran erguidos, los cuales según la función que desempeñan en el barco, tienen su nombre.
Hecha la arboladura se completan los puentes. El timón funciona movido por la timonera y las anclas suben y bajan, al igual que los botes salvavidas.
El modelo en exhibición posee mástiles de popa movibles al igual que las velas de sotavento y de barlovento.
Carlos asegura que este trabajo requiere no sólo habilidad y paciencia, sino también vista y buen gusto. Afirma que tener buen gusto es saber qué no te gusta o agrada.
“A veces coloco una pieza y luego la miro y noto que no va, que queda mal. La quito o la reformo y así quedo conforme”.
En cuanto a las horas de trabajo, si tuviera que hablar de horas promedio de trabajo afirma que no podría contarlas porque lo que él hace es creatividad. Asegura que lo que posee no son modelos, sino creaciones libres, es decir algo que respeta en un 90 o 95% a la idea original. Al ser creación libre, algunos detalles los agranda o achica para que resulte agradable a la vista. Carlos considera que un modelo hecho a escala generalmente no luce porque al bajar la escala varios detalles se pierden o son difíciles de apreciar.
“Al ser una creación libre uno deja volar la imaginación pero, al dejar volar la imaginación uno habla de creatividad la cual no tiene ni tiempo ni precio”.
La paciencia está relacionada con las horas de trabajo que le dedica a esta actividad. Asegura que hay días en los que en bastante tiempo no hace nada y solo mira el modelo, en cambio a veces, en tan sólo treinta minutos realiza varias piezas.
Carlos considera a esta actividad como terapéutica ya que le da tranquilidad, aunque asegura que muchos seguramente pensarán que se pondría nervioso haciéndolo.
Venta y exposiciones de sus obras
Ninguna de sus obras se ha vendido a pesar de la curiosidad de la gente cuando expone alguno de sus modelos. Confiesa que la gente se acerca por dos motivos: para preguntarle el precio o para comentarle que posee algún barco, ya roto y que desearía restaurarlo. Con respecto a las preguntas por el precio, asegura que solamente son por curiosidad.
En cuanto a la restauración, Carlos ha “vuelto a la vida” a algunos ejemplares rehaciéndolos, que afirma que es algo más difícil que empezar uno nuevo, ya que hay que respetar cada uno de los detalles. Orgulloso cuenta que restauró un modelo en cuero heredado de generación en generación y conservado hoy día por la quinta de ellas.
Con las exposiciones, Carlos asegura que no ha llegado muy lejos más que nada por el traslado de sus obras, que es algo verdaderamente dificultoso por el tamaño y la cúpula de vidrio que protege al barco, además de la mesa de madera repleta de caracoles e iluminada por pequeños focos donde se apoya el barco. Da fe de que si alguna vez alguna de sus obras se vende, él mismo sería el encargado de trasladarla a donde sea, precisamente porque conoce de qué se trata su transportación.
Ha expuesto en colegios, especialmente para el “Día de la Raza” o en eventos propios de la localidad serrana. También sus modelos han formado parte de la decoración de algún banco o negocio, despertando la curiosidad de los transeúntes. Afirma que el barco debe colocarse en algún lugar amplio, donde pueda admirarse y es necesario para el que desee adquirir uno, poseer de tal infraestructura.
En algún momento le han propuesto enseñar a construir estos modelos pero, Carlos considera que no posee capacidad docente para hacerlo.
“No me siento capacitado para enseñar, habría que tener una cultura docente de la que carezco. Además las cosas de la docencia deben tener un modo estricto de hacerlas, esto referido a planes, desarrollo y evaluación u otros, lo que quizás le quite “sabor” a la tarea. En definitiva no imagino como poder trasmitir a otro/s estas habilidades”.
Maqueta Galeón Victoria
Esta maqueta de barco a velas fue construida entre el 11 de octubre de 1999 y el 05 de marzo de 2000, demorándose en su realización unas 550 horas de trabajo. Fue realizada en maderas de diversos tipos y calidades, como por ejemplo: Pino Paraná para la arboladura y mástiles; Eucaliptus para traversas, mamparas y plataformas y Balsa para el casco, puentes, escaleras, pasamanos, entre otras.
Tiene un peso de 7,5 kilogramos y sus medidas aproximadas, expresadas en el siguiente cuadro en milímetros, son:
Largo total. 1.080
Alto total. 880
Ancho de arboladura 390
Manga 230
Baupres de proa 240
Eslora 740
Palo macho del mayor 520
Calado 100
La maqueta presenta una timonera aérea con volante vertical y timón de profundidad de simple sección, articulado y móvil. Dos cubiertas de popa, con espejo y mascaron en bronce, cubierta del centro con torniquetes de botes salvavidas, cubierta de proa lanzada con carajo de observación y mascarones sobrepuestos. Velas mayores, timoneras de sotavento y barlovento cruzadas de proa y popa, garcias y vergas móviles, mesas con tornos de anclas móviles. Escalas a puentes de tránsito para manejo de velas y cestos de observación.
La maqueta es una creación libre de Galeón Español del siglo XV11 y se bautizó con nombre de fantasía “VICTORIA”. Tiene bordas a babor y estribor altas, que alojan cinco cañoneras con diez armas de poco calibre y otra bajo cubierta de popa con dos cañones de alto poder. La Santa Bárbara aloja los mecanismos de control del timón de derrota, que es doble, tal como se estilaba en la época.
La riada de banderas informa a simple vista y distancia, único medio de la época, de la categoría del barco, su carga, armamento, cuarentena si había por enfermedad u otros a bordo, capacidad de salvataje en caso de siniestro, y toda otra novedad que fuera necesario dar a conocer. Sobre estribor, hacia popa, presenta un fanal de ubicación nocturna, y tiene el modelo roda y contra roda macizas para protección del casco ante arrecifes, encalladuras en bajíos, restos a la deriva u otros.
Algunos de los materiales y sus cantidades usados son:
Trozos de madera trabajados aprox. 2.700
Hilo 300 m
Pegamento 0,500 Kg
Palillos 350
Aparejos simulados 8
Tela engomada 80 cm²
La tela engomada fue utilizada en el velamen. Los mascarones de proa y popa son de bronce fundido, atención del Sr. Barbosa, las pinturas, atención Srta. Analía Poggi, y la escala utilizada en la obra es 1:35.
Carlos Alberto Poggi
Santa María 1574, Villa Arrieta, Sierras Bayas.
TEL. (02284)-492369. Código Postal 7403.
Pdo. Olavarría. Pcia. Buenos Aires. República Argentina.
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