Análisis del potencial espeleológico
de las cuevas dolomíticas.
Informes del GEA: (fuente: Sierras
Bayas, mas de un siglo, de Olga Zito y Virginia
Coumeig)
Consta
en Actas del "VII Congreso Español
de Espeleología, F.E.E. Barcelona,
Diciembre 1997: Autores: Barredo, S.P. (*)
y G. Redonte (**)
(*)
Geóloga. Grupo Espeleológico
Argentino GEA - Universidad de Buenos Aires
UBA /Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas.(CONICET)
(**) Geógrafo matemático.
Grupo Espeleológico Argentíno
GEA.
Resumen:
Estudios
exploratorios realizados por GEA en Sierras
Bayas, Argentina, permitieron analizar el
potencial espeleológico de un terreno
dolomítico, único en el país
hasta el momento.
Estas sierras revisten interés desde
el punto de vista minero por lo que han
sido objeto de explotación hasta
nuestros días. Como consecuencia
de estas labores se localizaron dos cavidades
en roca dolomitica, una conocida como Matilde
Catriel y otra, recientemente detectada
por dicha actividad, a la que se denominó
Mallegni.
Las tareas preliminares de exploración
y reconocimiento comprendieron la localización
de las bocas de acceso, medición
de temperaturas, análisis geológico
expeditivo y observaciones referentes a
la morfología kárstica de
cada una de ellas.
A pesar del escaso desarrollo de las mismas
fue posible plantear una hipótesis
de origen e identificar espeleotemas y posibles
conductos de circulación que justifican
un estudio más detallado y la elaboración
de un plan de protección ambiental
que controle la explotación económica
de estas rocas en las áreas karstificadas.
Introducción:
La
presencia de cavernamientos en las sierras
Bayas ha sido detectado tanto por la actividad
económica de la región, como
por las tareas de investigación científica.
Los trabajos de Barrio et al., (1991), Poiré
e Iñiguez (1984), entre otros mencionan
la presencia de estas geoformas aunque no
se haya hecho un estudio exhaustivo de las
mismas.
En todos los casos fue la actividad minera
la que abrió paso al descubrimiento
de las mismas gracias al avance de las canteras
sobre los frentes de roca. Sin embargo,
esta actividad por la naturaleza de sus
labores, pone en peligro la estabilidad
y existencia futura de estos pequeños
espacios de belleza natural, lo que introduce
un factor fundamental a considerar: la preservación
de estos medios en convivencia con la explotación
económica de las rocas circundantes.
Para tal fin y luego de la denuncia de una
nueva cavidad, el Grupo Espeleológico
Argentino realizó una campaña
a fines del año 1996 para evaluar,
desde el punto de vista técnico y
científico, el potencial espeleológico
presente en las cavidades denunciadas.
Los resultados obtenidos denotan un valor
considerable ya que las cuevas presentan
espeleotermas (estalactitas en gestación,
acumulaciones botroidales de carbonato de
calcio blanco tapizando paredes y piso,
etc.) y rasgos morfológicos que las
señalan como un karst activo de evolución
lenta cuyo origen puede estar vinculado
a un paleokarst. También se comprobó
que las técnicas de extracción
de roca mediante explosiones puede producir
la pérdida irreparable de estos espacios,
ya que las vibraciones introducen nuevos
fracturamientos en la roca y aumenta la
inestabilidad del sistema, además
de los consecuentes desprendimientos de
roca que podrían obliterar los accesos
a las mismas ó la comunicación
entre las presuntas galerías.
Ubicación
y geografía
Las
cuevas se hallan ubicadas en las Sierras
Bayas, que ocupan la porción occidental
de las Sierras Septentrionales de la provincia
de Buenos Aires, entre los 36° y 37°
de latitud sur y los 60° y 61° de
longitud oeste. Este cordón tiene
una disposición NO-SE y no sobrepasa
los 500 m sobre el nivel del mar. Las sierras
presentan una altura máxima de 315
m sobre el nivel del mar estando las cuevas
a aproximadamente 250 - 270 m,s.n,m.
De las dos cuevas estudiadas en esta etapa
sólo una ha sido topográficamente
situada, esta es la cueva Matilde Catriel
cuyas coordenadas geográficas son
60° 08' 25" Longitud Oeste y 36°
56' 10" Latitud Sur. Se encuentra al
este de la fábrica San Martín
de la Cía. Argentina de Cemento Portland,
en la cantera de Toffoleti, a una altura
de 253 m sobre el nivel del mar.
La otra cueva recientemente denunciada está
situada en los terrenos del Sr. Mallegni,
en la ladera noreste del cerro Aguirre,
por lo que fue informalmente bautizada como
Cueva Mallegni. Se encuentra a unos 64 m
al noreste de la boca de la cueva Matilde
Catriel a una altitud de 263 m sobre el
nivel del mar, señalando un desnivel
entre ambas bocas de 10 m. Su desarrollo
es, hasta el presente, de 19 m con un desnivel
de -4.4m. Una parte de la misma ha sido
destruida por el avance de la cantera.
El clima es cálido a templado húmedo
con un promedio de lluvias anual de 800
mm siendo fundamentalmente abundantes en
verano. Las temperaturas oscilan entre 15°
y 30° C en el verano y para el inviemo
entre 5° y 15°C, con una media para
la zona de 13, 8°C.
Marco
geológico
Comprende
la sucesión precámbrica conocida
como Grupo Sierras Bayas (Poiré,
1987), compuesta por: Miembro Cuarcitas
Inferiores, Miembro Dolomías, Miembro
Psamopelitas que constituyen la Formación
Villa Mónica; Miembro Psamopelitas
Superiores, Miembro Cuarcitas Superiores,
Miembro Arcilitas que constituyen la Formación
Cerro Largo y Miembro Calizas de la Formación
Loma Negra. En conjunto, estas unidades
conforman un manto subhorizontal cuyo espesor
máximo no supera los 350 m. Se apoya
en discordancia erosiva sobre un basamento
ígneo metamórfico e infrayace
por medio de discordancia a la Formación
Cerro Negro (Iñiguez y Zalba, 1974)
de edad cambro-ordovicica. Su origen se
vincula a facies de plataforma (Teruggi
et al., 1958), más precisamente a
un ambiente litoral marino de alta energía
y poca profundidad que produjo el depósito
de las ortocuarcitas como arenas de playas,
dunas subácueas y barras litorales,
mientras que la destrucción y redepósito
de estructuras algales, más tarde
afectadas por actividad química,
constituyeron las dolomías. Sucesivas
variaciones del nivel del mar posibilitaron
la depositación de las restantes
unidades hasta las arcilitas y calizas micríticas
superiores en un ambiente tranquilo, litoral
con desarrollo de albúferas Se especula
que el clima era templado - húmedo
debido a la presencia de una superficie
kárstica labrada en las calizas del
tope del grupo. Esta superficie irregular
constituye la discordancia erosiva que lo
separa de la suprayacente Formación
Cerro Negro (Barrio et al., 1991).
Morfología
kárstica
Las
cuevas se desarrollan en los niveles dolomíticos
por disolución como proceso principal,
acompañados de procesos de corrosión
y desplome como procesos secundarios. Se
accede, en ambos casos, por conductos verticales
generados probablemente por el desplome
de parte del techo de la cavidad.
La cueva denunciada, informalmente denominada
Mallegni, presenta una sala principal donde
puede observarse el desarrollo de concreciones
carbonáticas con aspecto botroidal
y estalactitas en estado de gestación
(Barredo, 1997). Las concreciones tapizan
no solo el techo sino también parte
de las paredes y el piso, conjuntamente
con las eflorescencias carbonáticas
resultantes de procesos de disolución/corrosión.
Esta últimas corresponden a carbonato
de calcio blanco presente como mantos o
como venillas de relleno en las microfisuras.
El piso está constituido por material
detrítico local y externo.
En la cueva Matilde Catriel en cambio, pudo
establecerse la presencia de una sala pequeña
y otra de mayor desarrollo, cerca de 4m
por 6 m, a la que se accede por un orificio
de difícil tránsito. La cueva
presenta un desarrollo total de unos 25
- 30 m y un desnivel de 5 m. A grandes rasgos
puede señalarse que existe un fuerte
control por el diaclasamiento submeridional
presente, de manera que estas salas se disponen
con rumbo similar y su origen se debe, en
parte, a los procesos de disolución
ocurridos a través de estas estructuras.
La sala principal presenta eflorescencias
carbonáticas al igual que la cueva
anterior, con ausencia de concreciones de
cualquier tipo salvo algunas microestalactitas
en gestación.
El techo presenta cavidades semiesféricas
de no más de 2 m de diámetro
(tipo chimeneas) producto de disolución/corrosión.
El piso se halla tapizado mayormente por
sedimento detrítico alóctono
fino (polvo) y clastos tamaño grava
gruesa hasta aislados bloques de no más
de 1,5 m de largo originados en procesos
gravitatorios como el desplome in situ,
próximo a la boca de acceso.
En la porción posterior de la sala,
sobre el detrito fino, pudo determinarse
la presencia de rasgos morfológicos
que indicarían la circulación
de una corriente de agua, proveniente del
exterior, en forma de arroyo sinuoso que
deja un lag residual de clastos tamaño
gravilla o sabulita (Barredo, 1997). Dicho
arroyo se extiende más allá
de la pared final por medio de un orificio
de 30 cm de altura lo que deja abierta la
posibilidad que la cueva pueda continuarse
en esa dirección.
Mediciones de temperatura realizadas en
la parte posterior de la cueva indican un
valor de aproximadamente 12°C para el
aire, temperatura que se toma como estable
dado que este sector de la cueva está
suficientemente aislado del exterior.
Discusión
La
actividad minera correspondiente a la extracción
de piedras ornamentales, como las distintas
variedades de granitos y mármoles,
se lleva a cabo por medio de la explotación
a cielo abierto conocida como "cantera".
Básicamente, consiste en la excavación
de un área potencial por medio de
explosivos, para extraer bloques de roca
que luego son transportados hasta la zona
donde se los procesa industrialmente.
Estas tareas producen un cambio radical
en la geomorfologia local, desde el paisaje,
las reservas de agua y su recarga, la biocenosis
y hasta el aire. Pero si además la
roca económicamente explotable ha
sufrido fenómenos kársticos,
las consecuencias pueden alcanzar la pérdida
irreparable de hermosos espacios naturales.
Este es el caso de Sierras Bayas donde se
extrae granito y dolomiita para fines ornamentales
e industriales. El avance de las canteras
puso en peligro la integridad de la cueva
Matilde Catriel al introducir, en este frágil
medio, vibraciones extras que paulatinamente
la debilitan. Al mismo tiempo y paradójicamente,
son estas labores las que permitieron el
descubrimiento de una nueva cavidad: la
Cueva Mallegni y la ejecución de
numerosos estudios geológicos que
han aportado conocimiento de la historia
evolutiva de la cuenca y paralelamente,
a la generación de modelos referidos
al origen de estos medios cavemarios. De
esto se desprende que si bien la actividad
minera produce cambios profundos en la geografía
de un determinado lugar, su accionar permite
el hallazgo de morfologías ocultas
en las rocas no aflorantes, lo que indudablemente
facilita las tareas de investigación
científica que coinciden con el sitio
de laboreo. Así, por ejemplo, el
avance en las explotaciones de caliza en
la región de Sierras bayas posibilitaron
estudios geológicos que pusieron
en evidencia una importante discordancia
erosiva localizada entre el Grupo Sierras
Bayas y la suprayacente Formación
Cerro Negro. Haciendo referencia a los procesos
que le dieron origen, Barrio et al. (1991)
propone que una vez depositadas las calizas
de Loma Negra (tope de secuencia del Grupo
Sierras Bayas), se produjo el retiro del
mar acompañado de procesos de disolución
con depósito arcilloso residual.
Esto dio lugar a la generación de
una paleosuperficie irregular con desarrollo
de paisaje kárstico (dolinas, poljes
y valles kársticos), sobre la que
posteriormente se depositaron las sedimentitas
de Cerro Negro tras un evento transgresivo
por ascenso del nivel del mar. A partir
de esos estudios, fue posible la elaboración
de una hipótesis especulativa sobre
el origen de las cuevas localizadas en los
niveles dolomíticos infrayacentes.
Según esta hipótesis, éstas
podrían estar vinculadas a procesos
de karstificación iniciados en el
Paleozoico y reactivados en el Cuaternario.
Se instala así un interrogante sobre
la espeleogénesis del cavernamiento
de Sierras Bayas. La necesidad de establecer
un modelo evolutivo, justifica el estudio
detallado de la región y consecuentemente
la preservación de estas formas naturales
en su mejor estado de conservación.
Considerando la importancia que presenta
la actividad minera, es posible concluir
que existen soluciones alternativas para
que las labores puedan coexistir con el
medio ambiente, introduciendo el menor impacto
posible. Esto se logra por medio de la planificación
racional de la explotación en función
del área natural y estableciendo
zonas de reserva en aquellos lugares donde
exista un paisaje que no deba ser alterado.
Conclusiones
Si
bien el trabajo llevado a cabo fue de naturaleza
expeditiva puede estimarse, con un relativo
grado de seguridad, que se trata de un karst
activo pero que evoluciona muy lentamente
debido al clima y a la precipitaciones anuales
que en esta región no son lo suficientemente
abundantes.
El estado del karst quedaría confirmado
no sólo por la presencia de estalactitas
en proceso de gestación, lo que señala
disolución por filtración,
sino también por la existencia de
una posible corriente de agua proveniente
del exterior que desarrolla su curso a lo
largo de la cueva y sigue más allá
de los límites de la sala explorada
(cueva Matilde Catriel). Por otro lado,
la existencia de un paleokarst, localizado
en las rocas inmediatamente suprayacentes,
permite presuponer que los fenómenos
que dieron origen a estas cavidades pudieron
haberse iniciado en tiempos palozoicos y
posteriormente interrumpidos, para reinstalarse
en el Cuaternario
Se concluye que las Sierras Bayas comprenden
rocas espeleológicamente potenciales
que justifican un estudio más exhaustivo
de la región. Así, se hace
necesario establecer un plan estratégico
que permita la existencia conjunta de la
actividad minera y las labores de investigación
científica.