El Monte Peloni
Extraido de Sierras Bayas mas de un siglo

Dos escritoras locales se refirieron al Monte Peloni en Sierras Bayas mas de un siglo. Hablamos de Virginia Coumeig y Olga Zito, que tambien es la autora de la foto que acompaña este relato.

 



Lo compartimos para recordar ese tiempo anterior a los acontecimientos que hicieron que recordemos este lugar con dolor.

Vivero en la sierra

Yo voy soñando caminos
de la tarde ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!

Antonio Machado

Domingo Faustino Sarmiento - el gran propulsor de la educación, pero también de la agricultura y la inmigración - alentó la venida de hombres rubios que hubieran nacido del otro lado de los Pirineos y quieran labrar las tierras vírgenes. Tuvo muchos seguidores.
La primera colonización organizada y exitosa que se llevó a cabo en el país fue la que instaló en Santa Fe familias de colonos suizos. A la zona de nuestras serranías también llegó esta inmigración.

Desde Suiza vino Pedro Peloni y encontró en la falda de la sierra, la tierra yerma ¡Qué entusiasmo habrá surgido en él al ver este farallón pintoresco que protegía del viento la excelente tierra donde pensó cumplir su sueño de árboles!

Su familia estaba compuesta por sus hijos Ángela, luego Sra de Robbiani, Homero y José, padre de Edith Peloni de Kees que aporta estos datos y nos cuenta sobre el hermoso vivero que formó su abuelo Pedro, al que muchos habitantes recuerdan y cuyo resultado es un hermoso monte de variadas especies.

Pasaron muchos años...

El sol de la mañana se filtra a través del tupido follaje de las araucarias y de los coloridos cítricos y hace llegar su resplandor en franjas clarísimas hacia la vivienda allí existente.

Avidas miradas de adolescentes recorren el predio. Son los alumnos de la Escuela Agrotécnica a quienes se les cedió el lugar para sus prácticas, luego de que perteneciera algunos años al Ejército que realizaba allí sus maniobras.
Caminan por una calle interna entre una hilera de olivos, o pasan el alambrado donde están los eucaliptus globulus (verdadero medicinal que presenta dos tipos de hojas: juveniles ovales verde grisácea y adultas muy largas, falcados) Alguno saborean los frutos de una hilera de higueras o los desconocidos caquis (frutos color naranja con forma de tomates).
En el parque algunas muchachitas sueñan bajo las araucarias o cortan flores de magnolias, árboles importantes por su tamaño allí emplazados.

¡Qué nostalgia sentirían si supieran que allí hubo camelias como las que se encuentran en el parque de la casa del vecino, Señor Iturralde!
Pueblan también el lugar las vistosas acacias de flores amarillas y otras especies que no se tiene identificadas.
Cerca, como testigo mudo de una época de nuestra historia que no queremos recordar... se encuentra un tanque de guerra abandonado.
Paradójicamente en su interior hay vida: nació y creció un árbol.

Trabajo sobre el monte Peloni de alumnos de la Escuela Media Nº 2
 

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Octubre 2002