El arquetipo nativo
(fragmento)
¡Indio!¡Carne mansa y buena
que hirió el brazo corsario,
el fuego y la cadena,
la duda triste y el esfuerzo diario!
¡Indio!¡Sombra errante
en la noche sin astros
de tu propio dolor ¿cual es tu sino?
¡Indio! Raza en derrota:
progenie del tormento
que va hacia su calvario
la frente humilde y la esperanza rota.
¡Sin odio, sin reproche y sin lamento!
Y tú eras sin embargo,
en épocas lejanas
el dueño altivo de las cumbres canas,
del valle fértil y el camino largo.
¡No tenía tu planta
límite: ni tu intento
valla, y tu garganta
al vibrar en la sierra
era como una enorme voz del viento
que hacía estremecer, toda la tierra.
................
¡Indio! Cuando todos te olvidan,
cuando todos te ignoran
y sobre tu dolor caras levantan
y ni las almas vírgenes te cantan
ni los niños te lloran
surges en mí: sereno,
hermoso, grande y lleno
de tu esplendor lejano.
Sereno y grande como el mar, y pleno
como un hijo del sol, de mito indiano.
C. Martínez Paiva
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